lunes, 19 de marzo de 2007

LA HOMOSEXUALIDAD (V)

¿SON ANORMALES?
-Recuerda Eugenio que quedaba una respuesta para hoy¿Qué, entonces son personas anormales?
-Ni lo he dicho, -dice el burro- ni siquiera se me ha cruzado por la cabeza, lo que digo es que Dios ha hecho las leyes naturales, y el ponerlas en práctica nos trae felicidad y satisfacción, o sea que conocemos sus consecuencias.
Mientras que para la homosexualidad y el lesbianismo, las leyes las tienen que crear los humanos, de estas leyes, no se terminan de medir sus consecuencias, y se suele terminar como dice el letrero que me hizo ¿no se si se acuerda?
-Si, -le digo- Hay razones que no son razones, pero el hombre las hace razones.-y continúo- ¿Sabe lo que me he preguntado varias veces con respeto a este tema?
-¿Qué será? -dice Eugenio.
-Si la homosexualidad y el lesbianismo, -dice Miguel- ¿es un vicio como dicen muchos, o es tal vez una enfermedad como dicen otros.
Y lo que también me he preguntado, ¿porqué Dios lo acepta?
-Empecemos comentando sobre la primer pregunta,-dice Eugenio.
-¿Sobre si es un vicio o una enfermedad?,-vuelve a decir Miguel.
-Hay muchas formas, -dice el burro- de llegar a ser homosexual o lesbiana.
Una puede ser por inclinación, o por moda.
Otra puede ser por vicio, esto por lo general son personas arrastradas por otras degeneradas, que pueden ser o no, homosexuales o lesbianas viciosas, y que pueden ser arrastradas desde muy chicas. Por lo general uno se puede dar cuenta ya que quieren que todos sean homosexuales o lesbianas.
Otra de las formas puede ser por enfermedad, pero eso lo vamos a dejar para mañana junto con el comentar que hay animales también homosexuales.
-Bien, bien me gusta, entonces hasta mañana, -termina diciendo Miguel.
¿Será una enfermedad? ¿Qué dirá un burro? ¿Y de los animales homosexuales? Pero antes de irse ahi va el cuento cordobés:
CURDA
Un curda tenía el ojo derecho negro parecía que lo habían agarrado a trompadones, decide ir a visitar al curandero del barrio y le dice:
-Mire don Curandero cuando estoy muy chupau y tomo un sorbo de sangría siento un dolor de lo más fiero en el ojo derecho. ¿Qué debo hacer?
Y el curandero le responde: “Saque el cucharón de la jarra”

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