miércoles, 28 de febrero de 2007

YA, EL PRIMER MES

GRACIAS...
Hoy podemos decir que ya hace un mes que estamos en movimiento, por supuesto que el deseo es que sean muchos mas, y hacia eso apuntamos. Pero antes de continuar con más días, quiero darles las gracias a aquellos que me visitan, muchas gracias.
Yo he aprendido varias cosas de los animales y algunas de las personas a través de lo que dijo Eugenio. ¿Acaso se puede aprender de un burro?, ¿y porque no?, a lo mejor el burro no es tan burro, y aún siendo burro podemos aprender algo…
Una cosa que me pidió Eugenio es que como no sabe leer, tampoco puede escribir, es que le hiciera un letrero que diga:
HAY RAZONES QUE NO SON RAZONES ,
PERO EL HOMBRE LAS HACE RAZONES.
Así que le dije “que como no” y estoy abocado a ello para que ya mañana cuando arranquemos ya lo tenga listo.
Y que punto tocaremos a partir de mañana con el burro Eugenio, tal vez un tema que está de moda y es “La homosexualidad”.
Pero eso será a partir de mañana, pero antes el cuento cordobés:
Conversaban dos gauchos:
-Pueda ser que llueva...
-¿Pál sembrau?
-No si va sé pál cutis seco...

martes, 27 de febrero de 2007

LOS ANIMALES ¿SABRAN MAS DE LO QUE NOSOTROS CREEMOS? (III)

DE GRANITOS DE ARENA ESTÁN HECHAS LAS GRANDES PLAYAS
-Puede ser-le digo- pero a ver ¿hábleme de otra virtud sobresaliente?
-Otra,-dice el burro- es nuestra memoria, tal es así que aún pasando solo una vez por un caminito, jamás lo olvidamos en nuestros mas de 50 o 60 años de vida.
Por eso gran parte de la historia del hombre, desde su creación hasta ahora la conocemos y la vamos pasando de generación en generación.
-¿A ver,-pregunto- recuerda algún acontecimiento que la historia haya grabado en donde se hayan encontrado el hombre y burro?
-Si es cierto,-responde Eugenio- que nuestros primos los caballos han llevado sobre sus lomos a reyes, príncipes y grandes personalidades y nosotros también, pero nosotros y solo nosotros hemos llevado al hombre más grande que pisó la tierra, en varias oportunidades.
Si, -pienso- debe ser al Flaco, así que le respondo:
-Sí, eso también es cierto, como demostró también que los hombres razonamos y que los animales solo piensan, como hemos visto en los dos primero días de este blog.
-Muy bien, pero que tal si cualquier otra pregunta la dejamos para mañana, –pidió el burro.
-Si,-respondo- como no.
Mientras Eugenio se retira tranquilito a comer a una orilla.. Veo, como un remolinito de viento hace volar un sinnúmero de papelitos por el aire. ¿Y saben de que me acuerdo?
Que hace unos días me encontré un tomo de esas Enciclopedias con las que suelen contribuir los diarios.
Y en una de sus páginas hablaba justo del papel . ( La Mañana de Córdoba- T. 10-Pág.927 - 2005 ), y me acuerdo que decía que consumíamos 4.000 millones de toneladas de madera por año.
Y un porcentaje se lo llevaba el papel.
¿Cuántos árboles se tendrán que talar indiscriminadamente para sumar esos 4.000 millones de toneladas de madera por año?
¿Y los que yo no sumo, destruyendo queriendo o sin querer?
¿Qué es un granito de arena? Puede ser.
¿Pero acaso las grandes playas no están hechas de… “granitos de arena”?
Y se fue Eugenio tranquilito a comer a una orilla.
¿Con que tema empezará mañana?, bueno mañana se lo digo pero antes el cuento cordobés:
Le dice el dueño del taller al empleado:
-Negro alcanzame las pinzas.
-¿Pa´las tuercas?
-No si va sé pa´ depilarme las cejas

lunes, 26 de febrero de 2007

LOS ANIMALES ¿SABRAN MAS DE LO QUE NOSOTROS CREEMOS? (II)

¿Y DE LOS ANIMALES?...
-Hay un viejo -dice el burro- que ha dejado asentada una frase muy cierta: “El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo”.
-Ah, si –le digo- el Viejo Vizcacha. Pero, ¿Por qué tiene que nombrar a ese cornudo que siempre mete la cola?
-Ni tiene cuernos,-me dice- ni tiene cola, pero será tema de otro día, solo lo he mencionado, por que más sabe por viejo, por la experiencia de vida.
-¿Cómo es eso?-le pregunto.
-Mire, -responde el burro- si usted cree en un Dios creador, sabrá que miles de años antes que se creara al hombre, se crearon a los animales.
Pero, si usted cree en la evolución, se dice que después de miles, o de cientos de miles de años el hombre ha evolucionado de los animales.
Por eso -sigue el burro- mire por donde se lo mire, los animales tenemos una experiencia de vida mucho mayor que los humanos.
-¿Y entonces? –le pregunto.
-Lo que pasa -dice el burro- que los hombres de nuestras virtudes han hechos defectos.
-¿Cómo es eso? –vuelvo a preguntar.
-Por ejemplo-dice Eugenio- acaso cuando quieren tratar alguien de ignorante no lo llaman “burro” y hasta le dibujan unas orejas grandotas emulando las nuestras.
Orejas grandes, cierto, pero para escuchar a nuestros pares, que siempre suelen estar lejos, orejas que también nos alertan del peligro, orejas que cuantas veces se las hemos prestados al escuchar sus cuitas, tristezas y alegrías cuando solos caminan a la par nuestra por esos caminos sinuosos y escarpados.
¿Habrá otra virtud para dar mas ejemplos?, mañana lo sabremos pero antes el cuento cordobés
Se encuentran después de un tiempo dos amigos:
-¿Y ha que te didicai ahora?
-Soy ratero.
-¿Andai robando?
-No si vua está trabajando de a rato.

viernes, 23 de febrero de 2007

LOS ANIMALES ¿SABRAN MAS DE LO QUE NOSOTROS CREEMOS? (I)

DE LA NATURALEZA...
-¿Porqué dice Eugenio que tenemos que escuchar a los animales?
-Si ustedes observan con mas atención la naturaleza y aprenden a escuchar a los animales, --responde el burro- aprenderían y se orientarían con mas facilidad para hacer cosas nuevas sin contaminar ni destruir el ambiente, como muchos lo hacen.
No es fácil –continúa el burro- aprender el lenguaje de cada una de las especies, pero ustedes que son superiores en muchas cosas pueden lograrlo.
-Bueno, por ejemplo.
-Por ejemplo -dice el burro- primero: donde hay naturaleza y animales, hay equilibrio ecológico.
Y segundo –continúa el burro- por la experiencia de vida.
-A lo mejor usted tiene razón, -le digo e insisto- pero déme argumentos mas sólidos para lograrlo. Por ejemplo en la naturaleza.
-Como no –dice el burro- cuando ustedes encuentran reservas en la naturaleza que tardan miles de años en reponerse, en lugar de programar su uso, no, lo explotan egoístamente hasta terminarlo.
Un ejemplo, -continúa el burro-el petróleo, elemento que han hecho egoístamente imprescindible. No es que no lo usen, sino que por lo contrario, usándolo adecuadamente, esforzándose para no contaminar el ambiente, pensando en las próximas generaciones.
Otro ejemplo, los árboles que se talan indiscriminadamente, árboles, imprescindibles, pulmones de la naturaleza, pulmones y alimento y protección de los hombres, de los animales y de la tierra, alimento del aire, alimento del agua, ¿o acaso no tiene oxigeno? tal vez tarde cientos de años en recuperarse, si… el hombre le da lugar, porque no es como el agua, que tiene su ciclo, y si no la dejan pasar, destruye y pasa, pero los árboles no, no es como el agua que aún contaminada matará peces pero la misma naturaleza los devuelve, no es como el agua que mediante su ciclo se purifica, no, porque tal vez en los lugares de los árboles, en sus lugares se construya o tal vez el hombre siembre su alimento, pero árboles nunca más.
-¿Y qué elemento, por ejemplo, ha hecho imprescindible el hombre para que utilice indiscriminadamente la madera, ya que por ejemplo en los muebles hay alternativas?-le pregunto.
-Por ejemplo -dice el burro- el papel, utiliza miles de millones de toneladas por año. No decimos que no use el papel, sino, ¿qué hace el hombre para encontrar un sustituto del árbol, consumiendo las reservas naturales, en pos del adelanto, en contra de la vida?
-Entonces –le digo- hay que echar a las papeleras.
-Si las papeleras -dice el burro- contaminan el ambiente hay que luchar para que no lo contaminen.
Pero cuando los intereses son muy grandes…-continúa el burro- ¿cómo hacer para separar el egoísmo del sentido común, la verdad de la política?
-Estoy de acuerdo con lo que usted dice, ¿pero que argumento me daría para escuchar a los animales?
¿Existen argumentos para escuchar a los animales?, mañana lo veremos, pero antes el cuento cordobés:
Sale un negro del hospital y en la puerta se encuentra con un amigo:
-¿Y , cómo te ha ido?
-Me han desahuciado.
-¿Estás enfermo?
-No si va ser que me han sacau los sauces del frente de la casa

jueves, 22 de febrero de 2007

LOS ANIMALES ¿SABRAN MAS DE LO QUE NOSOTROS CREEMOS?

LA HISTORIA CONTINUA...
Ya estamos en el otro año, ya han pasado varios días de aquellas primeras conversaciones que tuve con el burro Eugenio.
Y ¿ qué me lleva hoy a que siga hablando de él, tal vez una sonsera, tal vez una causalidad, o tal vez nomas creer que los animales saben mucho mas de lo que nosotros pensamos.
Pero el hecho es que esta mañana me cruzo con mi cuñado, el del caballo con mañas, ¿se acuerdan?, y me parece que ya se que se están imaginando lo que me dijo, si eso:
-Eh Miguel, -me grita- hice todo lo que me dijiste y anduvo fantástico.
-No seas exagerado –le digo.
-Sí, -me dice, entusiasmado- atraqué el carro frenando la rueda con el cordón de la vereda. Y lo sacaba marcha atrás y arrancaba, verdaderamente dio resultado.
Hice como me dijo… antes de llegar a las líneas blancas, bajaba del trote a paso de hombre y mientras le hablaba las pasaba. Gracias cuñado gritó.
Sí, con cosas bien sencillas, se acuerdan me sacó a mi del paso, y también, con cosas bien sencillas sacó del paso a mi cuñado.
Con esa sencillez seguimos hablando y hoy quedamos en tocar un tema más sencillo aún, ¿se acuerdan que me dijo que toda la naturaleza habla y que tendríamos que escucharla?
Por eso la primer pregunta que le hago, es directa, a quemarropa:
-¿Porqué dice Eugenio que tenemos que escuchar a los animales?
Que respuesta dará Eugenio, mañana la sabremos; pero antes el cuento cordobés:
Una noche iba corriendo un negro totalmente desnudo y otro le grita:
-¿Te asaltaron?
-No si vuá sé Tarzán.

miércoles, 21 de febrero de 2007

DE BURRO DE CARGA, A BURRO CARTONERO.(VII)

AUNQUE VAYA A LA UNIVERSIDAD, JAMAS SE VA A RECIBIR DE CABALLO...
-¿Cómo en que lo puedo ayudar? –me dice Eugenio- déjeme que tome por un día el lugar de Rocinante, pruébeme y le aseguro que no voy a fallar. Además, no tiene otra cosa.
Era cierto, -pensé- no tengo otra cosa, así que resignado le digo:
-Esta bien, mañana probamos.
-Bien-dijo Eugenio, casi festejando y se fue a comer a una orilla..
Si, tal vez por ser el primer día que hablamos le había exigido mucho, pero a pesar de la desgracia, me dejo bien haber conversado con él.
Al otro día me levanto bien temprano, ya me estaba esperando Eugenio, lo saludo, no dice nada, y solito se acomoda a la par del carro, le acomodo como mejor puedo los arneses de Rocinante, páaa...! que era grande el cambio, pero no me quedaba otra, así que ni lo pienso y arranco.
Ya a las pocas cuadras me encuentro con otros colegas cartoneros, y las primeras cargadas:
-Eh loco…-grita uno- a ese burro, aunque lo mandes a la universidad jamás se va ha recibir de caballo.
-Y otro- Mira, anda con un burro para decir que hay alguien mas burro que él, ja, ja, ja…
-Y uno de atrás me grita- Esta noche encargale un caballo a papá noel…
Y así, entre cargadas y carcajadas, trajimos dos carradas completas de papel y cartón.
Yo estaba cansado, pero también estaba contento, porque había podido trabajar, y muy bien, gracias a este burro que me ayudó, y al cual tenía tantas preguntas que hacer, no hoy, porque estábamos muy cansados.
Y ha pesar del cansancio también se lo veía contento
a Eugenio, a lo mejor, porque se sentía útil, tal vez por eso, porque había pasado de ser burro de carga a transformarse en burro cartonero.
¿Quiere saber cómo continúa ésto?, mañana lo espero, pero antes...el cuento cordobés:
El guaso corría desesperado por las vías detrás del tren cuando un negro le grita:
-¿Está corriendo el tren varón?
-No si vua se un vagón.

martes, 20 de febrero de 2007

DE BURRO DE CARGA, A BURRO CARTONERO.(VI)

¿Y... PUDO CON LA SEGUNDA?
-La verdad Eugenio es una buena idea pero, ¿qué de la segunda?
-¿La que no pasa solo las líneas blancas, sino que lo tiene que llevar a tiro?
-Si.
-Bien-dice el burro- aquí, unos cuantos metros antes, tiene que aminorar la marcha del caballo, todo lo que mas pueda. Y. mientras va despacito desde arriba del carro, tiene que ir hablándole. Y, así, despacito y con la voz del amo en las orejas, va ha ir pasando las líneas blancas, hasta que se vaya acostumbrando y con el tiempo no va tener mas problemas.
Bueno, pensé, total no me cuesta nada decirle a mi cuñado. Las ideas no parecen tan descabelladas y si dan resultado me anoto un poroto.
-Pero volviendo a lo nuestro –le digo- ¿sabe porqué yo me preguntaba... qué hago, que hago, cuando usted me habló?
-¿Ah, no era con respeto a la mano del caballo?–me pregunta como extrañado.
-No, -le respondo- ya que respeto a Rocinante sabía que hacer. Sino, que como mañana es 24 de diciembre y se compran todos los regalos para navidad. Los comercios tiran una cantidad impresionante de papeles y cartones y no voy a poder contar con Rocinante… Por eso… ¿qué hago, qué hago?
-Amigo don Miguel, ¿no se acuerda lo que le dijo don Ramón?
-Como no me voy a acordar, que cuando me hiciera falta un consejo o una ayuda se la pidiera, y bueno el consejo ya me lo dio.
-¿Y la ayuda? –me dice Eugenio.
-¿En que me puede ayudar?–le pregunto, por preguntar nomás...
Es verdad. ¿cómo lo podrá ayudar?, mañana lo sabremos pero hoy va el cuento cordobés:
Entra el negro a una casa de fotografía
-¿Acá sacan fotos en el acto?
-Si señor, ¿le saco una foto?
-No si vuá a venir al acto.

lunes, 19 de febrero de 2007

DE BURRO DE CARGA, A BURRO CARTONERO.(V)

Y CONTINÚA EL DIÁLOGO......
-Para terminar, -me dice el burro- algunos por folclore le cortan unas crines de la cola y le atan la mano porque dicen que le ayuda.
Así que hice tal cual, y luego me vine a terminar la conversación con el burro.
-La verdad Eugenio, he hecho tal cual como me ha dicho, por que es un método que suelo usar y siempre me ha dado buen resultado, y tengo que reconocer que este punto lo ha razonado muy bien.
-Si -me contesta el burro- aunque algunos usan otras cosas, pero suelen jorobar un poco al animal, y sino va a la veterinaria y compra fluido Spineda, que aunque a un costo mayor, es efectivo.
Y con respeto –continúa el burro- a que usted dijo que lo he razonado bien, permítame decirle que los animales no razonamos, que los animales solo pensamos, y en otro momento le puedo comentar la diferencia.
-Bien, muy bien, puede ser en otro momento, pero ya que estamos en consejero, ¿le puedo pedir algo?
-Como no, don Miguel .
-Hace unos días mi cuñado se ha comprado un caballo que tiene un gran problema. En el carro no sabe hacer marcha atrás, y para colmo de males, ¿vio las líneas blancas que cruzan la calle? es como si les tuviera miedo, no pasa, así que mi cuñado en ambos casos se tiene que bajar del carro y con la mano en las riendas, hacerlo retroceder o cruzar las líneas, ¿qué le podría aconsejar?
No tenía muy claro que decirle a mi cuñado, pero en mi interior, me intrigaba saber, que me respondería el burro.
-Un consejo, no –dice el burro.
Sonamos –pensé- como buen burro seguro se va ha echar para atrás.
-Lo que yo le puedo decir,-continúa el burro- es una orientación que le puede dar resultado:
Con respeto a lo primero. Para que aprenda ha hacer marcha atrás, ata el caballo al carro, lo lleva hasta un tronco, o aun, mas sencillo, arrima el carro al cordón de la vereda y pone una rueda de manera que la frene bien el ir para adelante, que se trabe la rueda para que el carro no pueda ir para adelante, entonces, él, desde arriba tira de las riendas para atrás. Y así saldrá primero para atrás y después para adelante y se va a acostumbrar.
Bien la primer parte de la pregunta y ¿de la segunda parte tendrá respuesta Miguel?, lo dejamos para mañana, no así el cuento cordobés:
El guasito arrimó el vaso de leche y le agregó una barrita de chocolate. El amigo que lo acompañaba le preguntó:
-¿Vai a tomá un submarino?
-No si me vuá tomá el buque.*

*Expresión cordobesa para rajarse y/o irse.

viernes, 16 de febrero de 2007

DE BURRO DE CARGA, A BURRO CARTONERO.(IV)

LO ESTABA EMPEZANDO A RESPETAR...
-Eh, -le increspo- por supuesto, ya que todos los años lo desparasito.
Pero la verdad –pensé- es una pregunta muy acertada ya que sabemos del terrible trabajo de los parásitos en las extremidades.
-Entonces entremos a buscar las cosas para curar a esta pobre bestia.
-¿Qué precisamos? –le pregunto para ver que me respondía.
-Una lata de 20 litros –me dijo- un buen poco de jarilla, sal gruesa, una bolsa arpillera, unas tiras de tela, y un buen fuego para poder poner la lata de 20.
Y al ratito...
-Bueno Eugenio, aquí estoy con todo lo que me pidió –le digo, mientras pensaba que la verdad lo estaba empezando a respetar por que eran las cosas que yo usaba para estos casos, pero tenía curiosidad para ver como seguía la cosa, así que le pregunté.
-¿Qué hago con esto?
-Ponga en el fuego –me dijo- la lata de 20 litros con un poco más de la mitad de agua. Le pone unos tres puñados de jarilla, casi dos puñados de sal y a esto lo deja hervir bastante, hasta que el agua se ponga verde. Lo saca del fuego. Lo deja entibiar un poco y aún calentito le puede meter la mano del caballo un ratito, en la primera vuelta medio que se va a cimbrar. Luego agarra la arpillera, la empapa bien con esa agua, le envuelve la mano atándola flojita nomás con las tiras y lo deja.
Dos o tres veces hoy, lo repite mañana, y pasado está listo.
Me está dejando con la boca abierta, -pensaba- si era lo mas apropiado que conocía que se podía hacer para este problema. ¿Lo único que faltaba era que me dijera que le cortara unas crines de la cola y le anudara para que lo ayudara?.
¿Le responderá el burro Eugenio a esta pregunta que se hace Miguel?, mañana lo sabremos pero antes de irme el cuento cordobés:
Estaban recabando informes del negro cuando le pregunta el de la oficina:
-¿Y usted en que trabaja?
-Pelo papas.
-¿En un restaurant?
-No si vua sé peluquero del Vaticano

jueves, 15 de febrero de 2007

DE BURRO DE CARGA, A BURRO CARTONERO.(III)

¿HASTA LAS PIEDRAS HABLAN?
Más aún, toda la naturaleza habla con su idioma, si, hablan los humanos, hablan los animales, también hablan las plantas, y hasta las piedras hablan.
-Ehhhh, tampoco sea tan exagerado.
-Sin embargo, la persona mas importante de la historia del hombre dijo que si las personas no hablaban…, las piedras lo harían.
-Bueno, bueno –le digo- ahora volviendo a lo nuestro, ¿cómo me va ha ayudar con Rocinante?, ¿lo va a curar de palabra?
-¿Acaso Ud. no recuerda lo que le dijo don Ramón? Cuando precise ayuda o consejo, pídaselo a Eugenio, no cuando precise ayuda su caballo, o su perro sino usted, por eso hablé, sino hubiera seguido mudo.
-Bueno, -dije- vamos al grano, ¿entonces quiere decir que en esta torcedura de mano, en el problema del caballo, no me va ha poder ayudar?
-Si, ¡cómo que no! Yo le puedo decir, lo puedo orientar como hacer para que se mejore, si, pero el que lo tiene que hacer es usted.
¿Qué puede saber este burro de curar caballos? -pensé, y decido seguirle la corriente.
-¿A ver cómo es eso? –le pregunto.
- La verdad, –dice, meneando la cabeza- se ve que la torcedura es brava, renguea fiero. Pero vamos a empezar desde el principio…, ¿está desparasitado?
Parece nomás que el burro habla, ¿pero tendrá sentido la pregunta que hace?, mañana lo sabremos, pero antes de irme el cuento cordobés:
Había un guaso a la par de la ruta con un montosito de ropa y tarritos, y una señora curiosa se acerca y le dice:
-Uy...! ¿Es usted un linyera?.
-No si vuá se un mochilero.

miércoles, 14 de febrero de 2007

DE BURRO DE CARGA, A BURRO CARTONERO.(II)

¡ME QUEDO HELADO!
Hice así, tal cual, acomodo los cartones y el carro y lo vengo a ver, la mano totalmente hinchada, lo menos tenía para dos días, y justo ahora con tanto cartón para buscar.. !qué hago!...,!qué hago!..., y hasta casi un grito me sale… !Dios qué hago!...
-Yo lo puedo ayudar –escucho una voz a mi espalda.
Me quedo helado, si a pesar del calor que hacia, me quedo helado, pero me repuse un poco, me di vuelta y pregunté…
-¿Cómo, es cierto que habla?
Ahí estaba, tranquilo me miraba y dijo:
-Sí, todos los animales hablamos, sino, dígame ¿cómo nos entenderíamos?
-Claro, por supuesto, el perro con el perro, el gato con el gato, y el caballo con el caballo.
-Si,–contesta Eugenio- también el hombre con el perro el hombre con el gato y el hombre con el caballo, y ellos también entienden, ¿acaso cuando lo llaman por su nombre no vienen?.
-Y, si –balbuceo.
-Y cuantas veces –continúa el burro- el hombre se da cuenta de algo porque los animales le avisan.
-Y, si –vuelvo a repetir.
Acaso no ha escuchado –sigue diciendo Eugenio- por ejemplo, decir a este perro solo le falta hablar… y en realidad a su manera pero habla.
Mañana continuamos este interesante diálogo, hoy termino con el cuento cordobés:
En la peluquería el guaso se rascaba cada rato la cabeza, ya el peluquero nervioso le pregunta:
-¿Qué pasa , te rascá los piojos?
-No si le vuá está acariciando la espalda

martes, 13 de febrero de 2007

DE BURRO DE CARGA, A BURRO CARTONERO.(I)

RENGO ROCINANTE
Hoy, 23 de diciembre, ya han pasado 10 días de la muerte de don Ramón, que tan fervientemente me había pedido que le cuidara el burro y el carro.
Al otro día que lo internaron, no se de donde unos parientes se enteraron que el viejo había muerto, vinieron y se llevaron todo lo que pudieron incluso hasta el carro.
Y del burro que me había traído… nada, ni siquiera preguntaron, así que ahí lo tengo junto a Rocinante, mi caballo.
Ah,… ¿qué quién soy yo?, bueno, aunque a mi caballo le he puesto Rocinante, no quiere decir que yo me crea don Quijote, aunque… de bueno y de loco todos tenemos un poco, sino por el color del caballo.
Yo soy don Miguel, conocido por todos como don Miguel, “el cartonero”, si, mi vida como la de don Ramón dependen del carro y del caballo, o como se dice “de ambos dos”.
Pero hoy el destino me iba a jugar una mala pasada, imagínense, 23 de diciembre, un calor, una humedad y los mosquitos, no se podía dormir; y pensando en los comercios que hoy con las fiestas estarían llenos de papeles y cartones, y cuanto más mañana 24, así que me dije: a levantarse que al que madruga Dios lo ayuda.
Me levanté, preparé el carro, até a Rocinante y bien tempranito salimos a buscar cartones.
La verdad tuve suerte ya que antes de media mañana ya había completado el carro, asi que me dije: a las casas papá…
Pero… a mitad de camino, sas…, no se que pasó, fue todo tan rápido, el cuerpo se me fue hacia delante, los cartones que volaron y Rocinante de rodillas en el suelo; me bajo rápido del carro, lo ayudo a pararse pero ya su mano no era la misma, apenas si la podía apoyar, había quedado manco.
Como pudimos llegamos hasta la casa, lo desato del carro, despacito, lo acomodo bajo la sombra con agua y pasto, cerca estaba Eugenio que nos miraba.
-Bueno –le digo a Rocinante- acomodo los cartones y vengo a verte.
Pero mañana seguimos con la historia, me despido con el cuento cordobés:
Llega el changuito a la Farmacia:
-Señor, dice mi mamá que le mande 4 paquetes de vendas.
-¿Se lastimó?
-No si se va disfrazar de momia.

lunes, 12 de febrero de 2007

CUANDO MIGUEL SE QUEDA CON EL BURRO (IV)

MUERE DON RAMÓN (Ultima parte)
Esta vez no iba Eugenio, que estuviera como estuviera, y donde estuviera, siempre lo traía de vuelta, solo que esta vez iba para no regresar nunca más.
Cierro la puerta como puedo, dejo el carro en el patio, sujeto el burro con una rienda y entramos a caminar, caminamos lentamente hasta mi casa, y de la pena que me da hasta le voy hablando por el camino, como queriéndolo consolar, tal vez como si me entendiera…
-Y bueno –le digo- así es la vida mi viejo, unos luchan por vivirla, otros luchan por matarla…
Y así termina esta pequeña parte de la historia de don Ramón, para darle paso ya mañana a la historia de Eugenio, el burrito cordobés, con su amigo Miguel. Cómo se transformará de burro de carga en burro cartonero, pero eso a partir de mañana y hoy ya cerramos con el cuento cordobés:
Estaba un Fiat 600 dado vuelta patas para arriba. El conductor que había logrado salir, estaba contemplando su autito cuando pasa un guasito y le pregunta:
-¿Se le ha dado vuelta don?...
-No si le vuá está por cambiar los pañales

viernes, 9 de febrero de 2007

CUANDO MIGUEL SE QUEDA CON EL BURRO (III)

MUERE DON RAMON (continuación)
...cuide a Eugenio, que cada tanto llévelo a dar una vueltia por el campo, él le va ha indicar. Y si alguna vez usted necesita algún consejo o ayuda, pídasela a Eugenio, y si se lo da, no haga como yo, que por no hacerle caso me estoy muriendo.
¿Cómo? –pienso- ¿ me está diciendo que el burro me va ha indicar, que el burro me va ha aconsejar, que me va ha ayudar?
-Y ya perplejo le pregunto- ¿Qué, no me va ha decir que este burro habla?
-Si…-me contesta, ya casi sin aliento.
Hummm, -pensé- a este don Ramón todavía le dura la curda.
Todavía estaba enfrascado en este pensamiento cuando escucho llegar la ambulancia, baja el médico y antes de que pise el umbral de la puerta se lo escucha decir:
-¡Otra vez viejo!
Apenas pasa la puerta y lo ve, grita:
-¡Urgente, hay que cargarlo!
Todo se hace tan rápido, bajan una camilla, lo cargan y se lo llevan.
Si otra vez se lo llevan a don Ramón, esta vez solo, muy solo, afuera no hay, ni vecinos curiosos.
Los únicos que vemos como se lo llevan somos yo y Eugenio, o si prefieren mejor el burro adelante, Eugenio y yo.
Mañana, última parte de este principio de historia de cuando Miguel se queda con el burro, y ahí va el cuento cordobés:
Saca el preso una lima larguísima de un pan felipe y el compañero de celda impresionado le dice:
-Negro que “limón”, ¿te pensai rajar?
-No si me vuá a se una sangría...

"Sangría: bebida hecha de vino y limón"

jueves, 8 de febrero de 2007

CUANDO MIGUEL SE QUEDA CON EL BURRO (II)

MUERE DON RAMON (Continuación)
…Si, el burro y el carro, el carro y el burro.
Ese viejo burro al que mas de una vez aporreaba, si, borracho porque no arrancaba, con el carro hasta “arriba” de escombros, o repleto de arena, carro pesadísimo, y aun peor con las ruedas chuecas, verdaderamente era un triste burro de carga, al que él le llamaba Eugenio, y la verdad, era de muy buen genio, ya que este pobre animal de carga, era muy fiel, no importaba donde estuviera su amo, ya sea bien cerca o bien lejos, se orientaba y siempre traía el amo a su casa, ese amo que siempre se bajaba en cuatro patas, muy borracho, y que hoy estaba pagando las consecuencias.
Sí, ahí estaba Eugenio, en el patio, mirándolo, triste y en silencio,¿pero que digo en silencio?, ¿ y de que otra manera puede mirarlo el burro?
Y, mientras estoy pensando todas estas cosas, lo escucho repetir a don Ramón, ya casi entrecortado:
-Lo que más le encargo es a Eugenio…
-Pero no se haga problemas don Ramón –le digo- ya viene la ambulancia que llamé, así usted se va, se cura y vuelve.
Si, tal vez era una mentirita piadosa, de las que tantas decimos, pero esta vez ni yo me lo creía.
-No, -decía don Ramón-, yo se que de ésta no vuelvo, y vos y Eugenio son los únicos que me han acompañado hasta lo último, -y volvía a repetir- por eso le pido que…
Mañana continuamos con la historia… pero como siempre antes de irme va el cuento:
Se encuentran dos negros en la puerta del baile:
-Che macho, prestame cien pesos,
-No fecundarás pequeños porcinos.
-¿Qué lo que decí?
-No vai a tener chanchitos
CUANDO MIGUEL SE QUEDA CON EL BURRO (II)
MUERE DON RAMON (Continuación)
…Si, el burro y el carro, el carro y el burro.
Ese viejo burro al que mas de una vez aporreaba, si, borracho porque no arrancaba, con el carro hasta “arriba” de escombros, o repleto de arena, carro pesadísimo, y aun peor con las ruedas chuecas, verdaderamente era un triste burro de carga, al que él le llamaba Eugenio, y la verdad, era de muy buen genio, ya que este pobre animal de carga, era muy fiel, no importaba donde estuviera su amo, ya sea bien cerca o bien lejos, se orientaba y siempre traía el amo a su casa, ese amo que siempre se bajaba en cuatro patas, muy borracho, y que hoy estaba pagando las consecuencias.
Sí, ahí estaba Eugenio, en el patio, mirándolo, triste y en silencio,¿pero que digo en silencio?, ¿ y de que otra manera puede mirarlo el burro?
Y, mientras estoy pensando todas estas cosas, lo escucho repetir a don Ramón, ya casi entrecortado:
-Lo que más le encargo es a Eugenio…
-Pero no se haga problemas don Ramón –le digo- ya viene la ambulancia que llamé, así usted se va, se cura y vuelve.
Si, tal vez era una mentirita piadosa, de las que tantas decimos, pero esta vez ni yo me lo creía.
-No, -decía don Ramón-, yo se que de ésta no vuelvo, y vos y Eugenio son los únicos que me han acompañado hasta lo último, -y volvía a repetir- por eso le pido que…
Mañana continuamos con la historia… pero como siempre antes de irme va el cuento:
Se encuentran dos negros en la puerta del baile:
-Che macho, prestame cien pesos,
-No fecundarás pequeños porcinos.
-¿Qué lo que decí?
-No vai a tener chanchitos
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miércoles, 7 de febrero de 2007

CUANDO MIGUEL SE QUEDA CON EL BURRO (I)

MUERE DON RAMON.
Y ya que empezamos desde el principio, no se pierda nada, porque todo se relaciona. Desde don Ramón, carrero y amo anterior de Eugenio, terminado por el alcohol. Según el comentario de la gente, era hombre adinerado, heredero de un campo, junto a sus hermanos, que en el reparto, según ellos, apenas les quedaba unos pocos pesos a repartir, y justo a don Ramón les tocó los pocos y el burro Por eso se vino a la ciudad para trabajar, donde cada vez le fue peor, y lo último que le quedaba era la piecita. el burro y el carro.
Y así en ese estado ya terminal, era la última de las visitas que le haría Miguel...
...Sí, porque ahí estaba don Ramón en la piecita, más muerto que vivo, tirado sobre la cama, daba pena verlo, dolorido, angustiado, y él sabía, aunque ya había pasado varias veces por esta situación, que ésta era la última, y tal vez por eso repetía:
-Sí vecino, de ésta ya no vuelvo, por eso le dejo tal vez lo único que me queda, el carro y Eugenio.
Si era cierto, era lo único que le quedaba, el carro y el burro, el burro y el carro.
Ese carro que estaba en el patio, carro que de tan maltratado, ya no servía para nada, carro que tantas veces le había dado de comer, pero sobre todo que tantas veces le había dado para emborracharse, si, cuantas veces se lo veía tirado, borracho a la par del carro.
Mañana continuamos el desenlace de esta pequeña historia desde cuando Miguel se queda con el burro. Pero antes de decir hasta mañana, contaremos el cuento cordobés:
Estaba el guaso vendiendo flores en la entrada del cementerio, cuando uno le dice:
-¿Vendí flores varón?
-No si vuá sé mis primavera.

martes, 6 de febrero de 2007

TODO SE EMPIEZA DESDE EL PRINCIPIO

EXACTAMENTE, TODO SE EMPIEZA DESDE EL PRINCIPIO, ENTONCES ¿PORQUE ROMPER UNA LEY NATURAL?
Eso... entonces empecemos desde el principio.
¿Qué encontraremos en este blog?, el diálogo entre Miguel, un cartonero, y el burro Eugenio, el mejor amigo de Miguel.
¿Qué dicen algunos?; que el perro es el mejor amigo del hombre, para otros que el gato, y bueno para Miguel su mejor amigo es el burro.
¿Qué, parece extraño?, puede ser, pero más extraño puede parecer que un burro hable, aunque no se, puede hasta parecer mas extraño todavía lo que algunas personas hablan.
Y yo, me encargaría de pasarle a ustedes esos diálogos, bueno tal vez haría algunas correcciones, pero nada más.
O sea, que si hay algún error la culpa es mía, les digo, pero si hay aciertos por supuesto, son de ellos.
Así que empecé a leer y a ordenar los diálogos entre Miguel y Eugenio. Si usted, tal vez se extraña porque hablara un burro, más se va ha extrañar, y tal vez como yo, quede atrapado por la sencillez de las cosas nuevas en temas viejos que tratarán.
Al principio nos encontraremos con don Ramón, terminado por el alcohol y anterior amo de Eugenio…
Luego, con Miguel, cartonero, que nació cartonero, y que a lo mejor ese sea su destino...
Hasta llegar a Eugenio, que puede ser cualquier burrito cordobés, un burro de carga, que luego pasará a ser burro cartonero para terminar siendo tal vez, un burro filósofo.
Y aunque mañana empezaremos con la historia, no por eso dejaremos hoy sin contar el cuento…
Llega el negro al dentista, después del viaje por las sierras en vacaciones, con todos los dientes rotos…
-¿Chocó mi amigo?
-No si vua a morder la banquina.

lunes, 5 de febrero de 2007

HABLANDO DE CHOROS

ANECDOTA DE MIGUEL
-Hoy dije que iba a contar una anécdota yo, -le digo a Eugenio- y ya que en la radio han hablado de choros todo el día, voy a contar un caso relacionado con un choreo que me sucedió.
Usted bien sabe que además de cartonero, también soy pintor de obra. Y esto también lo sabe la Juanita la mujercita de acá a la vuelta, que tiene un montón de chicos, la mujer de “Cuchillo Loco” , que de loco no tiene nada.
-¡El que de nuevo está preso! –dice Eugenio.
-Esta mujercita por mucho tiempo me pidió una changuita para su marido, por los chicos ¿vió?
-¡ Y, si!...-murmura Eugenio.
-Me sale de pintar una casa en Bº Junior, gente que me aprecia mucho. Cerramos el trato y lo llevo a Cuchillo para que me ayude.
Habíamos terminado de pintar los dormitorios y esa mañana le pido a Cuchillo, como todos los días, que traiga una gaseosa del almacén. Sale Cuchillo y me llama la dueña.
-Don Miguel desde ayer me faltan dos brazaletes, un reloj y un anillo, todas cosas de oro, -me dice- yo se que usted no fue, pero esto tiene que aparecer.
.-Cómo no señora, -le digo- déjemelo a mí...
Apesadumbrado, pienso ¿qué hacer? ¿Y cómo hacer?...Ahhh ya sé...- me digo- Y justo entra Cuchillo con la gaseosa. Así que pongo en funcionamiento el plan...
-Esperame, voy a buscar pintura. –le digo y salgo.
Tomo un taxi y llego hasta el ranchito de Cuchillo; donde me atiende Juanita, cuando me ve, abre los ojos grandotes.
-No se asuste Juanita que me manda Cuchillo, -le digo y continúo- la verdad tengo que felicitarla, ¡que marido inteligente tiene!... muy vivo, y rápido y audaz para los negocios, más que un empleado tendría que ser mi socio. Fijesé que logró que le dieran un televisor, un D.V.D y dos bicicletas, aunque usadas, para los chicos, por las joyas que trajo ayer, mire que maravilla...
-Pero...-balbuceo Juanita.
Pero, nada de pero...,-la corto y sigo- me dijo que se las mande urgente porque él se quedaba con el tipo, no vaya a ser que se arrepienta y se le vuele el negocio, y además apurese que me está esperando el taxi...
De lo bien que hablaba de su marido se animó y sacó una bolsita de un mueble viejo y me la dió.
Urgente me vuelvo a la casa, le muestro a la señora quien dijo que estaba todo. Y gracias a Dios pude quedar limpio. Porque aunque pobre los cartoneros somos honestos.
-Bien, le salió bien, así que ahora un cuentito de choro para terminar, -dice Eugenio.
- Está bien, aunque va a parecer de humor negro, ahí va:
Un choro es trasladado detenido por los pasillos del Palacio de Justicia. De pronto le dice al guardia:
-¿Puedo ir al baño?
¿Qué vai a hacer?
-Vuá ir de habeas corpus.
-No te olvidei de tirar la cadena perpetua.

viernes, 2 de febrero de 2007

ANIMALES PIENSAN, HUMANOS RAZONAN (II)

LOS ANIMALES SOLO PIENSAN Y LOS HUMANOS RAZONAN (II)
Pasemos al segundo ejemplo,-continúa el burro.
Una mañana salimos para el campo con don Ramón, cuando a lo lejos divisamos un bulto.
¿Qué es aquello Eugenio? –me pregunta.
Un Bulto,-le respondo.
¡Nooo!-me dijo- es una casa.
Y nos íbamos acercando.
¡Ah, no! –volvió a decirme- me parece que son unas plantas, ¿y para usted? –me preguntó.
Sigo pensando que es un bulto,- le digo.
Y seguíamos acercándonos.
Ah…no…no…,por la forma que se mueven parecen ser unos animales, ¿y para usted?–volvió a preguntarme.
A mi me sigue pareciendo que es un bulto-respondo.
Hasta que estuvimos bien cerca. ¿y que era? Unos chicos jugando con un carro.
Conclusión: yo, que pensaba, no importa la distancia, siempre veía un bulto, mientras que para el hombre que argumentaba, que razonaba de acuerdo a la distancia fue viendo diferentes cosas.
Esto a la vez nos da ha entender que los hombres razonan de acuerdo a la distancia, al tiempo, al corazón, a sus intereses, a sus tradiciones, a su cultura, etc., Por eso,-sigue el burro- pueden existir hasta miles de teorías sobre un mismo tema.
Un momento -le digo- me parece un poco exagerado decir que existen miles de teorías para un mismo tema.
Veamos -dice el burro- sobre la vida misma, mire si hay teorías, y ¿sobre la muerte?
Puede ser,-le vuelvo a decir- pero llegar a decir miles de teorías.
A ver,-me dice- ¿cuantas religiones hay?
Si tiene razón,-tengo que reconocer-existen miles de religiones.
Y cada una de ellas,-dice el burro- tiene su propia teoría sobre Dios, sobre el diablo, etc.
Fruto de ese “razonar” es que ustedes pueden obtener una cultura, mientras que nuestro instinto nos acomoda a las distintas situaciones.
Bien, por ahora me ha convencido, -le digo- y mañana preparesé que para que no hable usted solo, voy a contar una anécdota yo.Pero como todos los días cerraré hoy tambien con un cuento cordobés:
Se había ido un guaso cordobés al Africa, y va a un lugar para buscar un guía:
-Necesito guía...
-¿Ir de safari?
-No si vua a hablar por teléfono

jueves, 1 de febrero de 2007

ANIMALES PIENSAN, HUMANOS RAZONAN

¿SE PUEDE DEMOSTRAR QUE LOS ANIMALES PIENSAN Y QUE LOS HUMANOS RAZONAN?
Como todas las tardecitas, estaba sentado Miguel en el fondo, en el patio de su casa, compartiendo una conversación con Eugenio, el burro que habla...
-¿Se acuerda Eugenio la pregunta que le hice ayer? –dice Miguel.
-Claro,-le contesta el burro- la pregunta era. ¿Cómo demostrar que los animales solo pensamos, mientras que los humanos además razonan?
-Exacto,-le digo, mientras acomodo mejor la silla, y la verdad estaba ansioso por saber que me respondería.
-Bien, podemos tomar dos ejemplos. –dice el burro- uno muy sencillo...
-¿Y el otro? –le pregunto.
-También, -responde y continúa- vamos con el primer ejemplo.
¿Ve ese letrero que tiene en su carro... qué dice?
-“Dios es amor”, -le respondo- lo que pasa aunque hay muchas cosas que no entiendo, trato de ser creyente a mi manera –me justifico.
-Bien pero volviendo a lo nuestro, -dice Eugenio- si usted no me hubiera leído lo que allí dice, yo no lo hubiera podido saber, y ahí va el primer ejemplo:
Por mucho tiempo don Ramón (antiguo dueño del burro) se esforzaba para que aprendiera a leer, y hasta me hacía dibujitos para facilitarme la lectura. Y muchas veces acertaba las palabras pero por los dibujitos e íbamos bien hasta que un día hace un dibujito, y mientras va escribiendo va diciendo r-a “ra” , t-a “ta” ¿qué dice allí? Al instante y sin titubear le digo “laucha”. Soltó una tremenda carcajada don Ramón, y nos convencimos de que no había forma de que aprendiera a leer, sólo asociaba es que r-a “ra”, t-a “ta, no era “laucha”
Por eso un animal no podría leer o escribir, sólo escuchar lo escrito, tampoco sumar o restar, solo podemos asociar ya que nosotros pensamos pero no razonamos. Pero aún queda un ejemplo que lo dejaremos para mañana.
-Bien, -le digo- puede ser hasta mañana.
-Epa!!! –dice Eugenio-no se baya todavía que prometió leer un chiste...
-Claro que sí, y ahí va:
Un choro le dice a un transeúnte:
-Arriba las manos varón.
-¿Me estai asaltando?
-No si te vua está controlando el desodorante.